Otro de los grandes mitos a los que se enfrenta la industria
farmacéutica es al uso de videos, siempre se pregunta lo mismo… “¿los vídeos
ayudan a la promoción tal y como parece?”.
Lógicamente depende del vídeo, del producto o servicio
ofertado, de la página y lugar donde se pone el vídeo… en definitiva, no es
fácil de afirmar o negar si la práctica de usar un vídeo es buena, regular o
mala. Pero sí que puedo decir algo de lo estoy muy convencido: DEBES MEDIRLO. Y
sabrás sin necesidad de preguntárselo a nadie si TU vídeo funciona como quieres
que funcione. Basado en experiencias extraídas de la gente de Territorio
Creativo y algunas propias les ofrezco las siguientes sugerencias:
¿Por dónde empezamos?
Lo primero, decidir el/los objetivo/s que perseguimos con el
vídeo. Pongamos que es un vídeo que promociona una marca y que lo que
perseguimos es que ayude a la venta de forma directa. También puede ser que
nuestro objetivo final sea conseguir un lead o explicar un servicio ofertado.
En cualquier caso, al vídeo hay que asociarle uno o varios objetivos, ya que si
ellos no será posible medirlos.
Las KPIs que asociaremos a los objetivos nos marcarán el
camino para recoger los datos que necesitemos. Las más usadas son:
Adquisición (atención
que se presta al vídeo).
Número de veces que
se comienza a visualizar el video: nos indica lo bien o mal que el vídeo se
integra en un sitio web, cómo ha funcionado la imagen, la llamada a utilizar el
vídeo, etc.
No olvidemos agregar detalles contextuales
a esta medición:
·
% visualizaciones /
total visitas a la página donde está integrado el vídeo
·
tendencia de estas
a lo largo del tiempo
·
% visualizaciones /
total visualizaciones de vídeos en el sitio web.
Enganche (uso del
vídeo)
Tiempo medio de
visualización del vídeo.
Sin olvidar los detalles:
·
% tiempo
visualización / tiempo total del vídeo
·
tendencia
·
% tiempo
visualización del vídeo vs. % tiempo visualización otros vídeos del
sitio web
Un complemento a esta KPI de
enganche es el número de usuarios que vieron la totalidad del vídeo. Conociendo
este dato podremos saber si el tiempo medio de visualización es alto porque la
mayoría de usuarios lo vieron íntegramente o porque la mayoría de usuarios
vieron más o menos la mitad y algunos lo terminaron de ver. Parece lo mismo,
pero no lo es. Lo primero nos indica una aceptación muy alta del vídeo y lo
segundo, por el contrario, un punto de fuga interesante para optimizar.
Lo que se suele hacer es dividir
el vídeo en zonas y ver exactamente qué parte puede estar causando rechazo,
cansando o cualquier problema que necesite de nuestra pronta optimización para
poder sacarle realmente partido.
·
¿Hay alguna sección
del video que se reproduzca más de una vez por visita?
·
¿Cuál es la sección
menos vista?
·
¿En qué punto del
vídeo se producen más abandonos?
·
Si el vídeo se
muestra en más de una página… ¿dónde funciona mejor a nivel de visitas?
No olvidar que una medición
individual puede contaminar nuestros resultados, por ejemplo: el tiempo de
carga del vídeo, ya que si los resultados de las KPIs de Enganche son negativos
puede tener algo que ver que se tarde mucho en cargar el vídeo.
Conversión (empuje
para conseguir objetivo)
Número de usuarios
que ven un vídeo y compran (o que cambian de hábito).
Sin olvidar los detalles:
·
% conversiones con
vídeo / total de conversiones
· el vídeo se
muestra en más de una página… ¿dónde funciona mejor a nivel de conversiones?
·
tendencia a lo
largo del tiempo.
Retención
Número de
vídeos vistos por visita
Segmentando cada uno de los
vídeos de la web nos puede ayudar a reconocer los vídeos que funcionan mejor
para retener a los usuarios y encontrar sinergias entre productos o formas de
mostrarlos que nos permitan sacarle el máximo partido a este tipo de
comunicación.
Si el vídeo lo sacamos a otras
plataformas además de nuestro sitio web, como en YouTube, Facebook, etc. será
muy interesante el comprobar el interés generado fuera de contexto y si las
demás métricas son similares (tiempo de carga, tiempo medio de visualización,
número de veces compartido, etc.). Muchas veces, el utilizar las Redes Sociales
para tener más datos sobre el rendimiento de un vídeo nos puede ayudar a
detectar problemas o a viralizarlo de forma que forme parte de nuestra
estrategia online.
Con una herramienta de analítica web (desde Google Analytics
a cualquier otra de pago como Webtrends o Adobe) se puede medir cualquier
métrica de las comentadas arriba, incluso definir un objetivo asociado al video
de forma que luego podamos segmentar para poder profundizar en el
comportamiento previo y posterior de los usuarios que interactúan con el vídeo:
·
¿En qué se parecen
estos usuarios?
·
¿Qué contenido
visualizaron previo al vídeo?
·
¿De dónde venían?
·
¿Qué buscaban
para llegar al vídeo?
·
¿Qué hicieron
después de ver el vídeo?
·
¿En qué se
diferencian del resto de usuarios?
·
¿Qué porcentaje de
usuarios dejaron la web después de ver el vídeo?
De esta manera, podremos sacar patrones de conducta que nos
permitan aprender dónde es mejor colocar el vídeo, dónde hacer publicidad del
mismo, qué tipo de venta cruzada podemos generar, etc. Además, con este
seguimiento podremos determinar si el vídeo ayuda a incrementar o no las
ventas, qué tipo de contenido funciona mejor y para qué, qué longitud debe
tener, etc.
Sin embargo como muchas veces yo repito en mi oficina, “No
hay suficiente tiempo para medirlo todo, lo sé”