Basado en un reporte de Territorio Creativo, hoy me gustaría
hablar un poco de que es Digitalizar y que impacto puede tener esto sobre un
CRM, actual o futuro. ¿Qué es
digitalizarse? – Es la innovación de tu empresa y todo lo que tenga que ver
con tu modelo de negocio.
Digitalizarse no es abrir un E-commerce, no es tener un
perfil en Facebook o en Twitter, no es crear una plataforma de pago para los
servicios de tu web. Tampoco tiene nada que ver con el número de años que
llevas en una empresa ni con el conocimiento que tengas de ella o del propio
sector, ni con el número de documentos que subirás en archivos a un servidor o a
la nube.
Digitalizarse es primero, una decisión empresarial y en segundo
y principalmente, la voluntad de la empresa de cambiar su organización, cultura
y procesos. Digitalizarse es modificar nuestra mentalidad arcaica y poner a las
personas en el centro apelando a lo social como síntesis de lo digital. Cuanto
estos dos pasos no se internalizan ocurre algo que se denomina “miopía digital”.
El proceso de digitalización, que acaba implicando a todos
los departamentos de la empresa, es gradual y se puede dividir o desarrollar en
los siguientes puntos:
Estrategia.
A priori parece que lo que incita a una empresa a la
digitalización es: vender online, o llegar a más clientes a través de la red.
Con este objetivo se plantea una estrategia para transformar un site obsoleto, se
crea un buen sistema de CRM o se planifican diferentes acciones en redes
sociales. Esto es lo que parece más visible dentro de todo este proceso, pero solo
es la punta del iceberg. Por eso, y lo destacábamos anteriormente se necesita
una voluntad de cambio real de quienes lideran el proyecto.
Equipos y destrezas.
La digitalización siempre viene acompañada de una reorganización de los equipos de trabajo
con el objetivo de hacer frente al nuevo reto y mejorar la productividad, con
nuevos métodos de colaboración dentro y fuera de la empresa.
Procesos.
El uso de nuevas herramientas, la comunicación para
conseguir que todo funcione y el conocimiento que adquieren todos los
integrantes de la compañía acaba por mejorar también los procesos diarios de la
gestión.
Cultura.
Finalmente, la cultura de la empresa es lo que la
diferenciará del resto. Un equipo digital es un equipo conectado, que comparte
los valores de la marca y se ve también partícipe de los éxitos de ésta.
Por todo esto el primer lenguaje que pienso que debe dominar
el gerente del siglo XXI para ser más competitivo ya no es el inglés, el chino,
el coreano o el japonés, sino el lenguaje digital.
Cuando una empresa piensa en digital ante una dificultad,
generada por el rápido crecimiento de las Telecomunicaciones, son los propios
trabajadores los que están animados a buscar una solución y aplicarla en un
tiempo récord. Los líderes digitales están escondidos entre los empleados, sólo
hay que animarles a ser libres de utilizar la tecnología para mejorar o hacer
más eficiente su trabajo.
Adaptarse o morir
La adaptación al mundo digital es, para muchas
organizaciones, la condición sin e qua non para asegurar la innovación y el
feedback de los clientes que garantice el futuro de las mismas. La mejora
continua en todos los procesos de trabajo, hoy más que nunca, marca la
diferencia competitiva al aprovechar, por ejemplo, un entorno colaborativo
donde la creatividad e innovación son impulsadas directamente por mejores
posibilidades de comunicación entre miembros de un mismo nivel jerárquico,
entre lideres y subordinados, y entre empresa y clientes, como consecuencia de
entender el nuevo entorno digital en el que conviven clientes y trabajadores.
Nativo digital
La primera dificultad de algunas empresas para afrontar su
futuro radica en que sus directivos y lideres no son nativos digitales y deben
aprender y hacerse prácticamente nativos digitales mediante una inmersión
total, del mismo modo que un estudiante de un idioma se va a vivir una
temporada con nativos del idioma que pretende dominar.
Una vez dado éste paso, se debe detectar a los trabajadores
más favorables a la digitalización, ya que serán los stakeholders y que
impulsaran el siguiente paso de un gran cambio empresarial que debe de fluir
tanto horizontal como verticalmente, principalmente con el apoyo de la
dirección y sus lideres hacia quienes se impliquen de forma natural a favorecer
el cambio.
En definitiva, el líder, directivo y/o gerente actual debe
ser digital para entender el camino por el que debe guiar a su empresa para
sobrevivir y, para ello, es fundamental que favorezca el clima adecuado en el
que la digitalización sea el aceite que lubrique todos los engranajes o áreas
de la empresa. Por este camino será más fácil entender cómo la tecnología está
transformando la sociedad y cómo nos pueden ayudar los entornos colaborativos
como, por ejemplo, las redes sociales internas, sin olvidarnos, eso sí, de usar
la información y no sólo la tecnología.
Cierro con dos preguntas claves:
¿Estarán todas las
empresas en la capacidad de poder adaptarse a esta nueva etapa de digitalizar?. ¿Y la suya lo está?